Ana Laura Blanco entrevistada por los chicos de la Jamming

Nuestra artista plástica Ana Laura Blanco nos cuenta que los chicos de la Jamming (la fiesta de música Reggae) fueron a su taller y le hicieron una entrevista, a la que titularon "Arte, arte, arte".

En la nota pueden ver dos de sus trabajos de este año:
Un nuevo retrato de Luciano y el de Alika (en proceso).



Arte, Arte, Arte.

“Para el artista expresarse es una necesidad”, nos cuenta Ana Laura Blanco, artista plástica que se inmiscuyó en el ambiente del reggae mediante una serie de pinturas alegóricas. La contactamos, la entrevistamos y la convencimos para que exponga en la última Jamming Fiesta Reggae en UnliClub, en la que las repercusiones positivas no se hicieron esperar.

¿Crees que el arte es elitista?
El término elitista lo relaciono con las galerías de arte que explotan a los artistas a su conveniencia y cuyo fin no es la difusión en si, sino repercutir en el pequeño círculo ilustrado, lo que le basta para generar sus ganancias; a su vez, acotando el acceso popular a las obras. Por otro lado, creo que hay una falla en la educación, que no permite el acceso de la población al arte.

Ana no es simplemente una aficionada a la belleza, su talento esta respaldado por años de estudio y esfuerzos, ella es: profesora de Bellas Artes con especialidad en Dibujo, Pintura y Escultura; Técnico Superior en Artes Visuales con medios informáticos; y Animadora Cultural con orientación en Teatro. Nada mal para alardear cuando me pregunten de quien es ese cuadro que tengo colgado en la pared.



¿Cómo incursionas en las artes plásticas, tu abuelo (Luís Alberto Barberis) influyó en la elección de este camino?
Para el artista expresarse es una necesidad. Pintar -en mi caso- es como ir al baño, si no vas te sentís mal. Asimismo, es una descarga muy grande y sirve para exteriorizar muchas cosas. Yo siempre tuve esa necesidad de expresar. De chiquita mi abuelo me llevaba a museos y a plazas para que pueda observar los monumentos y también me traía al taller a hacer cerámicas y esculturas. Así fui empezando.

“Día a día, no sólo intento crecer como artista, sino también como mamá; tengo una hija que se llama Luana Sol, y es quien me da cada vez más fuerza para buscar mi plenitud como persona y como profesional”.

¿Cómo decidís conectar tu trabajo y vocación con la música?
Cuando conocí a mi marido, que en ese momento éramos novios, me llevo a un recital de Fidel (Nadal) y me volví loca. Cuando llegué a mi casa -todavía vivía con mis viejos y pintaba en el lavadero - me fui a la terraza y me colgué a pintar. Me había inspirado y eso me pasa pocas veces. Después de dos años, en el 2006, mi marido me empezó a “suplicar” que le haga un retrato de Sizzla, a lo que accedí y me encanto. Simultáneamente, a partir de esa pintura, me empezó a gustar más Sizzla, como que empecé a sentir un montón de cosas, intuí cosas de su personalidad, fue una especie de conexión muy loca. Luego empecé con lo que seria la continuación de la serie: Bobo Shanti, Burning Spear, Luciano.

“...Amo el retrato. En cada pincelada y en el proceso de formación de cada color, siento que voy conociendo a la persona (aunque sea una foto); a veces transpiro y no puedo seguir”.

Estuviste, entre otros, con Andrew Tosh y con Sizzla ¿qué impresión te dieron?
Con el primero que estuve fue con Anthony B, cuando vino en mayo del 2007. Pasé al camarín y le entregue el retrato. Él estaba muy sorprendido pero no nos entendíamos bien, por el idioma. Me pareció un poco estrella, tal vez habrá pensado que yo era su fan. A Andrew Tosh también le pude entregar la pintura, muy buena onda. Me hizo pasar, charlamos -es un tira onda terrible- (se ríe). Además, se asombró, porque esta acostumbrado a los homenajes al padre y no a él. Para darle el cuadro a Sizzla viajamos con mi marido a Chile, fue fantástico. Terminamos en la que allá sería Fiesta Jamming chilena, en la que se puso a hacer soundsystem. Y antes habíamos cenado en un resto en el que también se puso a cantar. Era impresionante como la gente se le acercaba.

...Todo lo que existe se impone (como una montaña, el mar, la voz de un cantante lírico). Lo increíble es descubrir esa fuerza en lo que vemos todos los días...













¿Se pierde la esencia del arte al querer sustentarse económicamente mediante el mismo?
No, porque estas ganando de lo que haces. Quizás habría que ver cada caso, cada discurso. La realidad es que estamos en una sociedad que está marcada por la plata, que es un límite. Todos estamos inmersos y el que no quiere, también lo está. A su vez, el que se revela, esta reaccionando en contra de algo de lo que forma parte. No hay manera de salir. Uno tiene que rebuscárselas para lograr que lo afecte lo menos posible. Si estas todo el tiempo en contra te afecta más, porque le das más importancia de la que merece (dice convencida y enérgica pero con expresión resignada). Entonces, si haces tu trabajo y le podes sacar provecho, y ese es solamente el punto de relación babilónica que tenes, -arte/dinero- no lo veo mal. Por otra parte, está tu trabajo puro, el que nadie te impone. Pero no esta mal lucrar siempre que la expresión sea pura, tenes que negociar para poder sustentarte.

Fotos: Sandra Dossenbach
sandradossenbach@hotmail.com



Publicado el dia 13/6/2008 por Nicolas Iandoli
en http://www.jamming.com.ar/index.asp?seccion=entrevistas&mod=view&id=23


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