Radiografía del gobierno de Macri




PRIMICIA DEL SEMANARIO


La cadena de mando de la administración liderada por Mauricio Macri. Las órdenes puertas adentro y puertas afuera. Las internas, los nombres, los primeros roces. Setenta días de gestión bajo la lupa del semanrio NOTICIAS URBANAS en su última edición.

Por Patricio Tesei (Semanario NU)


Cuentan que Mauricio Macri llega temprano a su oficina, a eso de las ocho, y que sus asesores lo esperan con los diarios leídos; también que invariablemente recorre alguna dependencia acompañado casi siempre por Marcos Peña, el muchacho con cara de bueno que suaviza las políticas PRO, al igual que Gabriela Michetti. Aseguran que le gusta comer en su oficia, solo, si es que no lo invitan a algún almuerzo.

También dicen que habla poco. Que no es autoritario, pero que defiende su palabra de manera firme. Y vuelven a aclarar, “no es autoritario”. A puertas cerradas, opera lógicas efectistas y apunta a desestatizar al trabajador público, o a su imagen. Ejemplo: no le gusta que los trabajadores tomen mate en público y no quiere escotes pronunciados en el personal femenino, entre otras cosas, como si insinuar los pechos fuese un pecado a ocultar bajo una sotana o bajo un uniforme.

Consulta todas las políticas y las estrategias con su vice, Michetti; con su secretario general, Peña; y con su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta. Son la mesa chica, se reúne con ellos a diario y son de los pocos que pueden hacerlo cambiar de opinión. Una segunda mesa de discusión, con otros niveles de confianza, está compuesta por uno de sus asesores, José Torello (ex directivo del Instituto del Juego); el secretario de Comunicación, Gregorio Centurión y desde las sombras, después de la polémica que desató su nombramiento ad honorem y posterior renuncia, Nicolás “Nicky” Caputo.

Estos nombres, el titular de Hacienda, Néstor Grindetti y el vocero oficial, Iván Pavlosky, son los que manejan los hilos del Gobierno.

De la mesa salen las órdenes y el encargado de que se cumplan es Rodríguez Larreta, quien implementó en las reuniones de gabinete una Tabla de Control para medir por objetivos el rendimiento de los ministros en el Ejecutivo y de los diputados en la Legislatura. Es el control: la palabra clave es control. La tabla se convirtió en una Dirección General donde trabajan más de cincuenta personas. Esa metodología es el epítome de la burocracia.

En Perú 130, además de Diego Santilli por su rol de vice I, el legislador que se convirtió en referente es Martín Borrelli, opacando a figurones como Cristian Ritondo, Oscar Moscariello o Daniel Amoroso. Y más, una fuente que conoce al dedillo la interna PRO, asegura a NOTICIAS URBANAS que Borrelli (por ahora extrapartidario, del Partido Federal, creación de Francisco “Paco” Manrique), tiene asegurada la banca de Michetti para suceder a Santilli dentro de dos años como autoridad de la Legislatura, lo cual no es muy bien visto por otros diputados.


DOS MESES, LAS INTERNAS

Los acontecimientos que marcaron la administración PRO (contratados, ObSBA, ABL, patentes, cartoneros), configuró una dinámica de exposición que se tradujo en ciertos desgastes como el del ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, señalado (por los larretistas) por el cortocircuito en la información del desalojo a los cartoneros de Pampa y la Vía: le habría garantizado al Ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, que contaba con una orden judicial para desalojar, constancia que nunca llegó.

Pero Montenegro pertenece al grupo de Michetti, quien junto a Piccardo, Hernán Lombardi (ministro de Cultura), Peña y Borrelli, estaría relanzando lo que se conoció como el Grupo “Pasco”. Los cinco se estarían reuniendo bastante seguido en las oficinas del ex juez de la causa Skanka.

Sobre la política del macrismo puertas afuera, la fuente asegura: “Estamos en una plancha. El bloque en el Congreso está desactivado, no tienen cabida y la orden es no confrontar con el gobierno nacional. A Federico Pinedo le bajaron el perfil. Nuestro objetivo es gobernar tranquilos sin que el kirchnerismo se meta en nuestro territorio y mantener relaciones con la Rosada, vía Caputo. Estamos pensando en una gestión a ocho años”.

A setenta días de asumir el gobierno, Macri y sus muchachos montaron un sistema que se puede traducir como control, acción, ejecución. Todavía le falta aceite y hace ruido con los cimbronazos de la coyuntura. Pero con el correr de los meses, las internas dentro del espacio (que eran previas, y que se trasladaron al Ejecutivo, léase Michetti - Larreta) y las que se están gestando, representarán un desafío para que el empresario devenido alcalde demuestre sus habilidades de conductor.


CLAVES Y FUNCIONES

Marcos Peña. Aspecto de bonachón. El simpático o el divino, como le dicen las chicas sub 60 que integran el line up de la administración pública. Acumuló poder en un puesto clave, Secretario General: vocero oficial, calificado en cuestiones políticas y administrativas y clave en las decisiones de comunicación (él mismo, o un equipo bajo su supervisión, se encarga de confeccionar los discursos de Macri). Cada vez que puede, Michetti dice que Marcos “es una persona muy sabia”, y hay un grupo que asegura que el ex diputado tendría el aval del empresario para ser su sucesor. Es el “niño mimado”.

Gabriela Michetti. Era la heroína del PRO. El diamante oculto que dio luz al halo oscuro que envuelve al macrismo. Desde que asumió, tuvo que poner la caripela ante cada incidente o intervención poco simpática. Sufrió un ligero desgaste de imagen. En las últimas dos semanas bajó su perfil. Es voz habilitada para hablar de cualquier tema, es respetada por las otras fuerzas políticas, y Macri se reúne con ella por lo menos una vez por día, le consulta todo. Dentro del macrismo hay un grupo que fuerza a que Michetti vuelva a pesar en la calle, que vuelva a recorrer los barrios como lo hizo durante la campaña.

Horacio Rodríguez Larreta. Obsesivo del control. Para muchos de sus compañeros, un fóbico que ve conspiraciones todo el tiempo. Defiende el uso de la lógica empresarial para resolver asuntos públicos. Amparado en su rol de jefe de ministros, quiere saber todo lo que ocurre en todas las dependencias, y pierde los estribos cuando Macri se reúne con otros funcionarios y él se queda afuera. Muchos aseguran que busca acumular y centralizar poder para volverse indispensable, jamás un fusible. A favor. “De Horacio pueden decir cualquier cosa, pero en diciembre fue el único que intentó colocar en la administración a todas las personas que quedaron colgadas del partido. Es un tipo que la militancia reconoce”, asegura, off the record, un militante primera hora de CpC.

Nicolas “Nicky” Caputo. Entró y lo bajaron de un hondazo, pero volvió por la vereda de las sombras. Intimo amigo de Macri. Dicen que la jefatura de gobierno es un proyecto compartido entre ambos. Es la conexión principal con el gobierno nacional vía Julio De Vido. Muchos aseguran que tiene vía libre para ingresar a la Casa Rosada, y es una carta para garantizar una especie de pacto de no hostilidad.


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